Pisito va, pisito viene

Anda el patio político nacional revolucionado a cuenta de la supuesta adjudicación para su uso y disfrute de una vivienda al director general de la DGT, con reformas de cincuenta mil euros incluidas, y que éste niega. Algunos grupos políticos de la oposición pidiendo explicaciones en el Parlamento y los responsables del gobierno dando largas.

Deberían aprender de la UPM. Aquí destacamos un caso parecido y a nadie se le movió ni una pestaña. Ni siquiera en el hipotético caso de que ese piso perteneciera al legado de un ingeniero que lo dejó a la universidad para ayudas a los estudiantes que lo necesitaran, como becas y similares. Ni una pestaña. ¡Ay mecenazgo, mecenazgo!