La nueva película upemera, una producción
que está causando furor en los ambientes universitarios y pánico en
palacio.
El argumento es el siguiente: unos 63 de 80 egresados de uno de los grados de una escuela superior, ahora todas las escuelas upemeras son superiores,
han enviado una carta al director del centro, que tantos mimos
les dispensaba, quejándose de que no les quieren en las empresas por
la supuesta baja calidad de su formación. Que tienen un título que es papel mojado, vamos.
Algunos profesores, aprovechando el lío y con cierta retranca, recuerdan como algunos de sus alumnos venían buscando el aprobado fácil, y si no lo conseguían buscaban un docente más asequible, más bizcochable, que atendiera sus deseos.
El director en cuestión ha llamado a capítulo a los firmantes de la queja aunque, de momento, no podemos decir en qué sentido ha ido su respuesta.
Nos da la impresión que algunas empresas, o muchas, en realidad quieren mano de obra supercualificada, con master e idiomas varios, pero a precio de saldo. Es más, que paguen por trabajar allí. Eso está pasando.
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