martes, 19 de julio de 2016

El negocio de la seguridad privada (I)

La seguridad privada es un negocio, un gran negocio para unos cuantos, y que tiene a muchos de sus  trabajadores mal pagados y peor tratados. Hace unos días las principales empresas del sector denunciaban que algunas empresas de seguridad utilizan las triquiñuelas de la reforma laboral del PP para pagar menos (cerca de un 40%) a sus trabajadores y hacer una competencia desleal a las otras (dumping social).

Viene el tema a cuento porque en la UPM también tenemos contrata de seguridad privada y la gestión de la prestación del servicio está en cuestión (no confundir con el trabajo que realizan la gran mayoría de sus profesionales).

Así, posibles causas personales y profesionales no valoradas adecuadamente por los responsables podrían estar detrás de decisiones extremas adoptadas hace unos días por un trabajador de la contrata de seguridad que en ese momento prestaba servicio nocturno en Informática de Montegancedo. Se dio aviso a la Guardia Civil, dada la gravedad del asunto.

Algún responsable se puso en extremo nervioso, no por la persona que había llegado a ese extremo, o al menos no principalmente, sino porque se dio aviso a la Guardia Civil y en el atestado constarán las personas que lo hicieron, siguiendo su deber de prestar auxilio. Tal vez algunas de ellas no eran los profesionales que debían cubrir los servicios contratados por la UPM.

Es muy posible que la picaresca esté a la orden del día y la UPM esté pagando un servicio que debe prestarse por personal de vigilancia habilitado y sin embargo la empresa contratada coloque a auxiliares de servicio para realizar funciones no permitidas por la ley de seguridad privada: más baratos y mayores beneficios para la contrata. ¿Quién vigila al vigilante?

Por supuesto, todo esto presuntamente. Solicitamos al Rector que abra una investigación y se aclaren todos estos hechos.

Lo que no es presunto es la desaparición del directorio upemero, que lleva en el limbo más de dos meses y sin visos de solventarse las deficiencias que presentaba. Que cambiar un nombre por otro no cuesta tanto, aparentemente.


3 comentarios:

  1. Años así en Universidades vecinas... ahí queda eso.

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  2. La ignorancia es muy atrevida: en los Vicerrectorados ha habido bastante más que cambios de nombres

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  3. So no me equivoco existe una bolsa de control y seguridad del personal laboral pero es mejor contratar personas externas a la universidad, igual que despedir personal con años de antigüedad por un ERE improcedente y luego no darle siquiera la oportunidad de entrar en bolsa, permitiendo que personas ajenas a la universidad pasen por encima de los 301.

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